Despedido sin rostro
- Karen Waleska
- 4 may
- 3 Min. de lectura
Cuando todo queda en silencio
El 15 de enero de 2025, una reunión de Teams de último momento llegó a mi calendario…
Sin asunto. Sin advertencia. Solo miedo.
A las 14:30 inicié sesión.
La cámara estaba encendida.
En el otro extremo había dos personas.
No hubo saludos. Ni calidez. Solo un guion.
Una política. Una decisión final. Una despedida.
Hablaban como si fuera algo rutinario.
Pero para mí fue una ruptura.

¿Alguna vez supiste que algo que cambiaría tu vida estaba a punto de suceder, incluso antes de que dijeras una sola palabra?
La computadora portátil desechada
"Parecía que les preocupaba más el equipo..."
La laptop estuvo guardada en mi garaje más de un mes. No era la tarea, sino el peso de lo que representaba.
Estaban más centrados en la etiqueta de devolución que en el hecho de que acababa de cerrarse un capítulo de mi vida.
Si no fuera por un amigo cercano que se ofreció a entregármelo, tal vez todavía estaría allí, acumulando polvo y silencio.

¿Qué objeto en tu vida aún conserva el peso de aquello que no te permitieron decir?
El correo electrónico que reabrió la herida
Semanas después, mucho después de que el silencio hubiera comenzado, recibí un correo electrónico.
Sin nota ni mensaje, solo un archivo adjunto. El asunto: « Terminación del empleo 1.15.25.pdf » .
Llegó a través de Adobe Acrobat. Lo envió alguien en quien confié. Llamémosla Velma.
Lo miré fijamente durante mucho tiempo.
La marca de tiempo no tenía sentido. El silencio parecía deliberado. ¿Y el dolor?
Volvió todo de nuevo.

¿Alguna vez un mensaje retrasado ha reabierto algo que estabas trabajando duro para sanar?
El correo electrónico de límites
Así que respondí: con un límite.
Recibir este mensaje ahora no ha hecho más que revivir un momento que me costó procesar. Le pido que no vuelva a contactarme sobre este asunto.
Lo que recibí a cambio no fue un cierre: fue un desaire, una excusa, una desviación.
Pero eso fue suficiente.
Porque lo que gané fue claridad.
Algunas cosas no son fallos. Son patrones.
Y ya no le doy explicaciones a la gente que ya me ha borrado.

¿Cuándo fue la última vez que elegiste la claridad en lugar del cierre?
Si tú también has estado allí
No estás roto.
No estás atrás.
No eres débil por estar herido.
Fuiste traicionado, no fracasado.
Te silenciaron y ahora puedes hablar.
Este blog no es solo un cierre. Es un espejo. Si te despidieron sin rostro, este espacio se creó para que tu historia ya no termine en silencio.
Algunas cosas no son fallos. Son patrones.

¿Qué verdad desearías que alguien te hubiera dicho cuando tu mundo quedó en silencio?
Tu primer paso atrás
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¿Dónde estabas cuando todo cambió? ¿Y qué te hubiera gustado decir en voz alta?
Este espacio fue construido para voces como la tuya.
Si alguna vez te han desatendido, te han rechazado o te han hecho sentir invisible, deja un comentario abajo. Tu verdad merece ser escuchada.
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